Foto:WCBS
A veces hay que timar al timador.
Le dijo que la llamaba desde la carcel, ya que habia sido detenido por conducir ebrio.
Su nieto necesitaba ese dinero para pagar su fianza.
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Y he aqui un gran problema: los nietos de Jean no tienen edad para manejar.
Inmediatamente se dio cuenta de que era una estafa, y decidio jugar su juego.
Sabia que era un estafador de verdad, pero a mi no me iba a estafar,recuerda Jean.
Asi que Jean le siguio la corriente.
Las llamadas eventualmente acabaron con un agente de fianzas que acudio a su casa a por el dinero.
Pero era una trampa.
Todo esto fue gracias a la rapida actuacion de Jean despues de entablar el primer contacto con el estafador.
Desafortunadamente, suelen tienen exito.
Jean espera que su historia de timar al timador sirva como cuento con moraleja para otras personas.